Todos los materiales de la Tierra reflejan o emiten energía electromagnética. Los sensores miden la intensidad de la radiación electromagnética emitida por un objeto y estudian sus propiedades físicas a partir de su variación con la frecuencia.
El espectro electromagnético
La radiación electromagnética se presenta como una distribución continua de frecuencias que conocemos con el nombre de espectro electromagnético (EE). Dicho espectro suele estar estructurado en una serie de bandas espectrales donde la radiación electromagnética manifiesta un comportamiento similar. No todas las bandas presentan igual interés desde el punto de vista de la teledetección.
La banda de radio abarca aquellas longitudes de onda mayores de 10 cm (frecuencias menores de 3 Ghz). Esta región es usada principalmente por sensores activos y en menor medida por otros de carácter pasivo. Limitando con la banda de radio nos encontramos con la banda de microondas, extendiéndose hasta las frecuencias de 300 Ghz (o equivalentemente, 1 mm de longitud e onda). En esta región las interacciones están gobernadas por rotaciones moleculares y es mayoritariamente usada por radiómetros de microondas y sistema de radar.
La región espectral infrarroja se encuentra entre las longitudes de 1 mm y 0.7 μm. Esta región se suele dividir en subregiones denominadas submilimétrica, infrarrojo lejano, infrarrojo térmico e infrarrojo cercano. En esta región, la rotación molecular y las vibraciones juegan un papel importante. Un gran abanico de sensores emplean estas frecuencias para su operación. El infrarrojo térmico abarca desde 3.0-12 μm y en este rango, la temperatura de la cubierta terrestre (incluida la superficie oceánica) es la variable de mayor interés.
La porción visible del espectro se extiende de 0.4 μm hasta 0.7 μm que junto con la banda infrarroja es la región con mayor presencia de sensores. En el rango visible, la reflectancia de las plantas está dominada por los pigmentos, entre los que destaca la clorofila. Es por ello que esta banda se emplea, junto con la del infrarrojo cercano, para estudiar el estado de la cubierta vegetal. En el agua, la materia orgánica disuelta atenúa mucho las longitudes de onda más cortas de esta banda espectral. Las partículas suspendidas y los pigmentos presentes en el agua también afectan a la radiación recibida por los sensores que operan en este rango.
Bibliografía
- Fundamentos de teledetección espacial / Emilio Chuvieco (1990)
- http://ltpwww.gsfc.nasa.gov/IAS/handbook/handbook_toc.html (Página oficial del Landsat 7).
- GARCIA, Alvaro. Sistemas de comunicación vía satélite.
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